Al cruzar
el pueblo de Ruidera
en direccion a las lagunas y cruzar el puente que cruza
el final de la laguna
del rey se toma un camino a la izquierda, descendiendo
por un pequeño camino que se abre en las inmediaciones de
la inactiva central eléctrica de san alberto (construida
en 1910) se accede a la base de la represa, aparecen allí,
sendas estructuras compuestas por lechos de musgos petrificados
dispuestos de modo suavemente ondulado que se adaptaban
a pequeñas micro-rupturas originadas por el afloramiento
del sustrato rocoso en el antiguo lecho del guadiana. hacia
arriba, se vuelven a advertir capas tobáceas asociadas a
antiguos musgos, pero ahora dispuestos en lechos totalmente
verticalizados que se disponían en zonas de cascadas y fuertes
saltos de agua. hoy estas estructuras cimeras sólo son visibles
parcialmente; en efecto, tras su génesis y en épocas de
menor actividad de los saltos de agua, se adosaron a las
estructuras de musgo un conjunto de viseras y flecos estalactíticos
formados por el escurrimiento lento y moderado del agua
que tímidamente rebosaba el techo de la represa natural;
ésta precipitó la calcita que recubre parcialmente las estructuras
de musgos tobáceos conformando a su vez las cortinas estalactíticas
y con su progresión originaron sendos abrigos y pequeñas
cavidades.
Esta
barrera tobácea se encuentra, en la actualidad, en una fase
muy regresiva y sólo cuenta con un par de saltos de agua.
estos se localizan en el sector izquierdo de la barra travertínica,
en un paraje denominado el hundimiento. este topónimo parece
ser que viene relacionado con un fenómeno de colapso acontecido
en el seno tobáceo, más o menos karstificado, de la barrera
travertínica con ocasión de una fuerte crecida que tuvo
lugar en 1945. aquella avenida destruyó una serie de batanes
sitos en estas inmediaciones y formó un hoyo vertical que
configuró los bellos saltos de agua, alguno espectacular,
que se advierte en este lugar.